...una puerta perdida


Bajó al garaje con prisa. Cogió el coche y se dirigió hacia la carretera, tras el primer stop tomó dirección norte. Después de varias horas encontró la paz, una flor marchita y la puerta de su nuevo destino. Abajo, las olas le llamaban, él quería responder. Pasado el tiempo no recuerda las verdaderas la razones por las que silenció su grito. Hoy quisiera de nuevo encontrar la paz, otra flor y la puerta.