...Y el cuento se acabó
Esto es la historia de un hombre que pasó toda su vida contando un cuento. Al principio solía cambiar cada día algunas partes del cuento. Luego sólo cambiaba algunas palabras, llegó incluso a cambiar alguno de sus gestos.
Pasado el tiempo memorizó su cuento de tal manera que repetía incluso el tiempo de las pausas entre una palabra y otra.
Todo absolutamente todo era idéntico un día tras otro.
Llegó incluso a encargar un traje para contar su cuento, un traje que lucía en la pechera un bordado que ponía: “CUENTO UN CUENTO” En realidad algo innecesario si tenemos en cuenta que sólo contaba un cuento y todos lo sabían.
De esta forma recorrió pueblos y aldeas, países y continentes, islas y atolones, hasta que volvió a su aldea en una tarde calurosa y gris.
Esa noche mientras dormía se presentó la muerte y le invitó a acompañarle, no lo dudó y de un salto bajó de la cama y se dispuso a seguirla.
La muerte extrañada por tal predisposición le preguntó que si no iba a protestar, a solicitar algo más de tiempo, a lo que el hombre contestó:
-Hace tiempo que deseaba cambiar mi cuento, darle otro final y era incapaz de hacerlo. Esta es una oportunidad única, digna del creador que un día quise ser y que la rutina y la comodidad hicieron imposible.
El hombre cogió un papel y escribo: “YA NO CUENTO” Lo trabó con un alfiler a la pechera de su traje y extendió su mano, la muerte sorprendida la cogió mientras ambos emprendían un viaje sin retorno.
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