De cuando Jacinto quiso descansar por siempre
Era Jacinto hombre de talle grande, un hombre hecho para trabajar el campo, lo cual no quita para que desde tempana edad cosechara fama de gandul. Con siete años recién cumplidos, fue por primera y última vez a la escuela, y las primeras palabras de la maestra le cayeron como un jarro de agua fría: Buenos días mis queridos niños, estamos de enhorabuena hoy. Comenzamos un nuevo curso y además este año nos acompaña Jacinto, que finalmente, ha aceptado estar con nosotros. Vosotros ya conocéis las primeras letras y a él le espera un duro trabajo para ponerse a vuestra altura. Es por ello que os solicito vuestra colaboración, la cual será felizmente recompensada. A Jacinto darle la bienvenida e indicarle que el camino está lleno de obstáculos que con tesón, esfuerzo y mucho trabajo serán salvados sin dificultad. 1 Todo esto lo recitó Doña Pilar casi sin tomar aliento. Lo que asustó más a Jacinto que el contenido del discurso, pues lo único que alcanzó a comprender fue...