Carta
de un antiguo camarada en apuros a causa de los datos demoscópicos.
Cada cuatro años y desde hace veinte me envía una misiva con parecidos
propósitos y esta vez quiero hacer partícipe de ella a mis verdaderos
amigos.
Amigo:
Ante
todo, quiero darte las gracias por todo lo que me has dado; por tu
compañía, tu apoyo, tu comprensión y presencia. Por brindarme la
oportunidad de tener a mi lado a alguien como tú, en quien confiar, con
quien divertirme, con quién soñar... ¿Recuerdas cuándo soñábamos juntos
con la revolución?
Te
pido perdón por todo lo que yo haya podido hacerte, por no ser tan buen
amigo como tú; por haber faltado alguna vez en lealtad, ayuda,
comprensión o apoyo. En verdad me arrepiento de todos los errores que
hayan mermado mucho o poco nuestra amistad, y ten por seguro que fueron
inconscientes... ya sabes el pragmatismo por un lado y la hipoteca del
chalet por otro nos distanciaron.
Tú
fuiste siempre algo importante y especial para mí .Y lo sigues siendo.
Formas parte de mi vida; de mis pensamientos, sentimientos, decisiones y
emociones... No podría quedarte alguna duda de lo que significas para
mí ni de tu lugar en mi ser. Sé que tú me comprendes y sé que no vas a
permitir que pierda mi posición.
Mi
cariño por ti es muy grande, y además has sabido ganártelo a pulso con
tu especial forma de ser y de entregar tu amistad. Por eso, no a
cualquiera le hago llamar "mi amigo" o lo quiero como tal y sé que de
alguna manera tu tampoco lo haces... nuestra amistad siempre estará por
encima de pueriles sueños de juventud.
Tal
vez algunas veces ocultes tus sentimientos, por temor al rechazo o a no
ser correspondido o escuchado. Sin embargo, sé que conmigo al igual que
con todos los demás eres sincero y con las mejores intenciones de no
lastimar a nadie, nunca has osado repudiarme por el simple hecho de
haberte dejado solo con tus sueños ingenuos, de solidaridad, justicia y
esas memeces que no cotizan en el parque.
Hemos
pasado por tantas cosas juntos, buenas y malas, que ya nos conocemos
perfectamente. Por eso nuestra amistad crece y se hace más fuerte día
con día al igual que nuestra unión a pesar de la distancia y de nuestras
diferencias de clase. Yo un inversor de éxito y un handicap 21 mientras
tú te levantas día a día para mejorar la productividad de la empresa
con el sudor de tu frente ¡¡Cuánta alegría me da que así sea!!
Espero
que si cambias, sea con plena convicción y siempre para tu bien y el
mío, aunque sabes que tienes toda mi aceptación y apoyo... no te dejes
vencer por los sufrimientos, por los cantos de sirena de esa panda de
anti-sistema que pretenden lavarte el cerebro, de ti dependerá hacia
donde te lleva ese cambio. No te dejes amedrentar por la crisis y deja
de pensar en esos cinco millones de vagos, ellos son necesarios para que
nuestra economía alcance los niveles de excelencia del mundo
desarrollado...
Te
quiero y quiero que seas muy feliz porque lo mereces, si deseas que
comparta no solo esa felicidad contigo, sino todos los instantes de tu
vida; aquí estoy y aquí estaré siempre. Tú lo sabes... Pero es el
momento de que me prestes todo tu apoyo ya sabes que me presento a las
elecciones en las listas del partido que me abrió las puertas de la casa
común, este partido de apoyo a los emprendedores que como yo hemos
sabido sacar provecho de las oportunidades... ¿Recuerdas aquel viejo
sindicalista al que sustituí? Pues era un perdedor, no supo ganarse la
confianza del patrón.
No me despido, ya sabes que faltan apenas ocho días para volver a vernos...
Sinceramente: Tu amigo.
PD.: No olvides que si nosotros no ganamos volverá la derechona, y eso a ti seguro que no te gusta.